El Señor se encontraba situado en el altar mayor de la parroquia vestido para la ocasión con túnica de damasco color morado y cuello de encajes del siglo XVIII, cordón dorado y potencias de salida en las que estrenó el enriquecimiento de las mismas con la incrustación de tres piedras color morado.
El altar lo componían diferentes velas de candelería y velones dorados y se encontraba enmarcado por dos cirios de respeto color miel. El exorno floral lo formaban dos jarras con piñas de claveles rojos y un centro a los pies del Señor.







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